Fotos de carnhez

Hace unos días me tuve que sacar unas fotos de carné. En breve me piro a Zagreb a visitar a Melo y necesito las fotos para el pasaporte. La cita para hacérmelo era el miércoles a primera hora y la idea era hacerme las fotos el martes.

El plan era salir de la tienda a media mañana, sacarme las fotos y luego paz y después gloria, pero entre salidas y otros imprevistos la cosa se truncó bastante y no pude hacerlo en toda la mañana.
No pasaba nada, tenía la tarde y aún estaba a tiempo pero de nuevo se complicaba la cosa; Patxi tuvo que salir a media tarde y me tocaba esperar para marcharme.
La tienda de las fotos cerraba a las ocho y a las siete y media me encontraba en la tienda esperando a que Patxi llegara para salir pitando.
Menos mal que llegó antes de y treinta y cinco. Sobre el papel tenía tiempo de sobra para sacar dinero y llegar triunfal a por mis fotos.

Era un día caluroso, estaba cansado de llevar todo el día entre ordenadores y para colmo había cola en el cajero, esperé un rato y mientras lo hacía me empezaba a poner impaciente ¿Sería posible que con todo el día por delante no me diera tiempo a sacarme unas fotos?

Conseguí sacar el dinero sobre y cuarenta y dos, y la tienda tampoco estaba muy cerca. Tenía que echar a andar a paso ligero si no me quería quedar sin las malditas fotos y eso hice.
Cuando llegué a la tienda eran menos diez. El objetivo estaba conseguido pero lo peor estaba por llegar...

Entré allí y no quedaba ni el apuntador, estaban preparando el cierre y cuando pido hacerme unas fotos me dicen que me meta en el cuarto, que ahora venía la señora a hacérmelas.
Me meto obediente al cuarto y descubro que estaba semi oscuro, con un pequeño escenario montado para algún book de bebés. El foco principal estaba apagado y la cámara apuntando al suelo.
A los pocos segundos entra la señora con otra cámara al cuello y me dice que me siente 'ahí'.
'Ahí' era una escalerita preparada para los bebés.
Reposo mis nalgas, pero al ser escaleras las piernas no las tengo como si estuviera en una silla, las tengo echadas hacia delante y me veo como un retarded haciendo equilibrio en un cuarto iluminado por la penumbra.
La chica se prepara para la foto:
- Sube los hombros..., espalda recta... sube un poco el mentón... mira la cámara
...
- ¿Debería sonreír?
- Si quieres sí, como veas...

¡PLAS! Fotazo con flash sin previo aviso

Salgo de la tienda con una sensación entre cabreo e intriga. Cabreo porque me doy cuenta de que estaba sudado de las prisas y el calor y eso no da muy bien a cámara, e intriga porque aún no había visto las fotos, quizá al final no estuvieran tan mal.

Al día siguiente salgo de casa a primera hora dispuesto a terminar con toda esta historia ¿Confirmaría los peores pronósticos o me llevaría una agradable sorpresa?
La respuesta no se hizo esperar y efectivamente, en mi visado llevo una preciosa foto de carnhez.