Este se nos presenta bajo un minijuego llamado 'El cuarto superviviente'. En él aparecía un tipo con el traje de las fuerzas especiales de Umbrella y su máscara de gas llamando a un helicóptero para informar de que tenía el virus G y que era el único de su grupo que había sobrevivido. A partir de ahí tenías que llegar hasta la azotea de un edificio y subirte a ese helicóptero.
La supervivencia no era nada fácil, había pocas balas, un largo camino y muchos zombis pero estaba todo magistralmente pensado para que en cada habitación plantearas una estrategia diferente y mediante ensayo y error avanzaras un poquito más en cada intento.
Aquí teneis un máquina haciendo el minijuego, yo lo hice en 20 minutos.
Una gran alegría me llevé en Resident evil 3, cuando conseguí el último epílogo y ví una foto de Hunk, sin la máscara, en ese helicóptero, pose de agotamiento y cara de suficiencia diciendo que la muerte no puede morir. Hunk molaba y no era cosa mía, los guionistas habían decidido mantenerlo y nos daba esperanza de volverle a ver en otras entregas.
La siguiente vez que supimos de él fué en el Code Veronica. Tan sólo se le hacía referencia en un informe escrito por él. Con sus anotaciones sobre combates contra zombis.
Era poco, pero nos volvían a demostrar que este personaje seguía vivo.
En Resident evil 4 aparece en otro minijuego como personaje seleccionable. Esta vez el juego no tiene ningún argumento pero al menos le volvemos a controlar.
Por último le hemos vuelto a ver en el Umbrella chronicles, en una misión en la que rememora su huida de resident evil 2.
Lleva diez años en la saga y no sabemos nada de él. Aparece de manera puntual en algunos juegos pero no forma parte de la trama principal, aun así cada aparición suya me llena de alegría. Espero verle algún día colaborando con algún personaje principal para escapar de algún infierno que le hayan destinado.
Saliéndonos del tema principal, siempre me han encantado las películas de zombis y supervivencia. Ese ambiente apocalíptico, reunirse con un grupo de supervivientes, agarrar el objeto más contundente que tengas a mano y abrirte paso por la calle a hostias sin que la multitud, lenta e implacable, te coga. O esa destrucción gratuita que se suele ver, eso de tener el camino bloqueado por coches, un puesto de perritos calientes y zombis. Agarrar una bomba, volarlo todo y pasar con el autobus atropellando a todo lo que se ponga en medio. Eso es adrenalina y diversión aunque te estés jugando la vida.
Con el cambio climático, la gripe aviar y demás cosas que aún no conocemos quizá algún día tengamos un apocalipsis zombi, así que id preparando una doble cerradura en vuestro cuarto. A lo mejor os salva la vida.
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