Acampada en la Arboleda.

Este fin de semana hemos ido de acampada a la arboleda.

La verdad es que no las tenía todas conmigo, los planes llevaban hechos casi un mes pero hasta última hora no sabíamos quienes iban a venir finalmente porque la respuesta de la mayoría fue 'No sé, tengo que hacer cosas. Si voy bien pero no conteís conmigo'.
Al final hubo más personas de las que a priori entraban en las tiendas pero también hubo más tiendas de las esperadas así que uno por otro al final se resolvió todo.

La tarde comenzaba bien, la gente había llegado puntual, había coches para todos y sólo faltaba comprar priba, cena y pasárnoslo bien. El susto de la ida nos lo dio el coche conducido por Álvaro, que a media subida se le abrió el maletero y no se enteraron. Desde el PCeXpress móvil les hacíamos gestos y les decíamos que tenían el maletero abierto, pero los muy cenutrios creían que les estábamos saludando y como idiotas, ellos movían las manos.

En la arboleda acampamos junto a un lago, había patos y vacas, parecía un lugar de ensueño y nos molestamos en limpiar todo bien para que siguiera pareciéndolo por más tiempo.

Por la tarde hubo un grupo que decidió quedarse en el campamento a fumar, emborracharse y atuzarse y otro; el de los sanos y los campeones que decidió hacer senderismo y bañarse en uno de los lagos. Yo estaba en el segundo y perdimos un montón de tiempo en buscar 'el lago', el que Ester nos había vendido como el gran lago con rocas y sin señales de prohibido bañarse. Tras mil intentos fallidos la cosa resultó y 'el lago' existía, no era fruto de la imaginación o de algún fragmento de los pitufos que la había quedado en la mente como real.

Cuando volvimos al campamento ví algo de lo que ni siquiera había oído hablar: fumar porros con un melón, por cortesía de Txino y Andeka. Se trataba de vaciar su interior, hacer dos agujeros, uno para echarle un poco de ron y otro para ponerle el porro. Se fumaba por el agujero donde se le había echado el ron y quienes lo probaron dijeron que estaba super bueno. Yo metí la nariz ahí para oler el experimento y sólo puedo decir que me dió un puto asco tremendo. Cuando se consumió el porro Andeka se bebió el ron del interior. Salía humazo del ron, yo no me habría bebido eso ni por apuesta...

Ya que la gente empezaba la fiesta le tocaba el turno a los del senderismo y no veaís cómo acabamos. Menuda manga me agarré, mientras la gente tocaba la guitarra yo observaba y bebía y más tarde nos pusimos a hacer senderismo nocturno, en el que fuí a dar una patada Chuck Norris a una señal que estaba a la altura de mi cabeza. La muy valiente me ganó el combate. Todo fue así; cogí carrerilla, salté, puse las piernas en un ángulo de 90º y me fuí de culo al suelo.

Poco más recuerdo, sobre las 5 llegamos al campamento a intentar dormir y a las 7 un estruendo repentino despertó a varios de los acampantes.

Una especie de osezno había quedado dormido en una de las tiendas. Era Andeka que con sus decibelios de bestia había conseguido despertar al Txino, a Marta, a Keltse, a un servidor y había desesperado de tal manera a Garrote que se marchó andando a casa a las 7, aquejado de ‘no poder dormir’.

Por la mañana poco más que contar, risas pensando en la noche anterior y recogiendo las cosas. Uno de los momentos estelares llegó cuando un todavía borracho Andeka y el Txino recogieron su tienda, una tienda de esas que anuncian, de las que se montan en diez segundos. Por lo visto, tras media hora uno llega a la conclusión de que el tiempo que ahorras en montarla lo pierdes en guardarla.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Conclusión: hay que repetir!!:D

Anónimo dijo...

Jajajaja lo puto mejor el bañitooo!! acabamos todos llenos de barro xD
Por cierto, puto Andeka, quitando "las mierdas esas de los chinos" y puto borracho hasta bien entrada la mañana xD

Melo dijo...

a ver si trabajas un poko q me he pasado ya dos veces por la tienda y nunca estas.